Un vínculo interrumpido es un trauma de abandono que siente un niño cuando se encuentra solo en una situación cualquiera, no cuenta con la presencia de sus padres, ni tiene una explicación lógica en su pensamiento infantil para esa ausencia.
El contacto piel con piel de la madre y el niño después de nacer es de suma importancia. En el interior del vientre el bebé tiene sensaciones de tacto y de movimiento, escucha los sonidos de la madre y reconoce su olor.