Tales emociones suelen aparecer siempre que atravesamos momentos difíciles. A veces aparecen sin más, pero incluso en estos casos, tienen algo que decirnos, por ejemplo, advertirnos sobre algo que no funciona bien o indicarnos la necesidad de un cambio en nuestras vidas.
Por ello, debes escuchar la tristeza, la rabia…
Y luego verbalizar todo lo que ocurre en tu interior para garantizar que esa tristeza que sientes no estará contigo para siempre.
Allí está la sanación, en reconocerla y hablarla para dejar de excluirla, así deja de ser tan profundo.
Aunque tus sueños parezcan lejanos, persevera. Si no te sientes querido, ama y ámate. Cuando todo se vuelva cuesta arriba, confía. Sigue adelante, porque la vida te sostiene.
Es muy cierto que culturalmente nos han inculcado que debemos dejar la tristeza a un lado y parecer ser fuertes. Es una actitud muy peligrosa, ya que las emociones no se pueden reprimir y cuando se intenta hacerlo, estas se intensifican.
La tristeza no es cosa de personas con falta de voluntad o actitud, sino que es un estado emocional que todos en un momento u otro experimentamos.
Muchas de esas tristezas vienen viajando en nuestros sistemas familiares , buscando que alguien las muestre y cuando eso pasa se rinde ante cualquier circunstancia y podemos experimentarla con menos intensidad y menos frecuencia.
Recuerda que si reprimes la tristeza, se puede convertir en una depresión profunda.
Llorar es una manera de dejar salir la tristeza. Recuerda, llorar es bueno.
Y escucha su mensaje... Eso te aliviará.
Cuidado con la depresión
La Organización Mundial de la Salud ha definido la depresión como “la mayor epidemia del siglo XXI” .

No es lo mismo estar triste que estar deprimido. La tristeza no impide levantarse todos los días, comer, andar, trabajar y tener amigos. El dolor de la persona depresiva es intenso y extendido. Puede abandonar sus obligaciones y, en muchos casos, se aleja tanto de ellas que pone en peligro su propia vida. No aviso de sus acciones.
Para el maestro Bert Hellinger la depresión aparece cuando uno de los padres fue excluido: “La depresión es un sentimiento de vacío, no de tristeza o de dolor. Una sensación de vacío indica la falta de uno de los padres. Así, el corazón solo se llena a medias”.
Brigitte de Champetier de Ribes, a su vez, señala que a la persona que sufre de depresión le falta respetar, amar y tomar a alguien de su sistema familiar con quien está identificado, alguien que vivió hechos dolorosos que no pudo procesar. “Es probable que este antepasado rechazara tomar a su madre, y por tanto, la vida. En este caso, la persona deprimida tampoco toma a su madre, por transferencia”.
Las constelaciones familiares ayudan a tomar a los padres ya darles su lugar, como parte del proceso para sanar los desordenes que dan lugar a síntomas como la depresión .
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